Qué miedo
Qué miedo
Recuerdo que en la primera de las novelas de SherlockHolmes, Estudio en escarlata, a JohnFerrier, uno de los personajes que se había instalado en una comunidad de mormones, le daban un ultimátum para corregir la conducta de su hija. La joven díscola se había empeñado en casarse con un tal JeffersonHope, quien al no pertenecer a la comunidad no contaba con la aprobación de Los Cuatro Santos. Para ratificar la amenaza e inocular el miedo en el cuerpo del padre de la chica, alguien deslizaba cada noche una nota donde aparecía el número de días que le restaban para atenerse a razones, esto es, veintinueve, veintiocho, veintisiete, y así hasta el último día. Una mañana se despertaba y encontraba el papel prendido en la colcha con un alfiler, otra vez el techo, otra en la parte exterior de la casa.
Ahora, con la televisión pasa lo mismo. Me viene a la memoria esta novela de ArthurConanDoyle cuando se anuncian a bombo y platillo los días que quedan para que comience la nueva edición …
Recuerdo que en la primera de las novelas de SherlockHolmes, Estudio en escarlata, a JohnFerrier, uno de los personajes que se había instalado en una comunidad de mormones, le daban un ultimátum para corregir la conducta de su hija. La joven díscola se había empeñado en casarse con un tal JeffersonHope, quien al no pertenecer a la comunidad no contaba con la aprobación de Los Cuatro Santos. Para ratificar la amenaza e inocular el miedo en el cuerpo del padre de la chica, alguien deslizaba cada noche una nota donde aparecía el número de días que le restaban para atenerse a razones, esto es, veintinueve, veintiocho, veintisiete, y así hasta el último día. Una mañana se despertaba y encontraba el papel prendido en la colcha con un alfiler, otra vez el techo, otra en la parte exterior de la casa.
Ahora, con la televisión pasa lo mismo. Me viene a la memoria esta novela de ArthurConanDoyle cuando se anuncian a bombo y platillo los días que quedan para que comience la nueva edición …